Las enfermedades infecciosas habitualmente asociadas con los perros incluyen la rabia (hidrofobia), el parvovirus canino y el bromo. Las enfermedades heredables de los perros pueden incluir una gran variedad, desde la displasia de cadera y las luxaciones rotulares mediales hasta epilepsias y el estenosis pulmonar. Los perros pueden contraer casi todas las enfermedades que afectan a los humanos (excepto aquellas que son específicas a la especie), como el hipotiroidismo, cáncer, enfermedades dentales, enfermedades cardíacas, etc. Para protegerlos de muchas enfermedades comunes, a menudo los perros son vacunados.
Dos trastornos médicos graves que afectan a los perros son la piometría, que afecta hembras no esterilizadas de todas clases y edades y la meteorización, que afecta a las razas más grandes y los perros de pecho ancho. Ambos son trastornos agudos, que pueden matar rápidamente. Los dueños de perros susceptibles deberían conocer estos trastornos como parte de su cuidado de los animales.
Los parásitos externos más comunes de los perros son las pulgas, garrapatas y ácaros, mientras que los internos son los gusanos anquilostomas, cestodos, nematodos y dirofilaris.
Ante la sospecha de que el animal se encuentre enfermo hay que acudir al veterinario, especialmente si parece revestir gravedad; en determinadas enfermedades, al igual que sucede con algunas enfermedades humanas, la rapidez con que se acude al veterinario puede ser crucial para la vida del perro.
Las enfermedades pueden tener un motivo vírico, bacteriológico, parasitario, genético o varios de ellos a la vez.
Entre ellas pueden citarse:
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